* Nacido en Holpechén, Campeche, el 27 de octubre de 1936, el ingeniero Lara se encuentra este día de plácemes y lo celebramos publicando su semblanza. Que ustedes la disfruten.
Por Francisco Verdayes Ortiz/ Revista Pioneros
Alegre, dicharachero, inquieto, vacilador, definitivamente todo un personaje. Así es Rafael Jesús Lara Lara, nacido en Hopelchén, estado de Campeche y quien desde junio de 1970 arribó a esta ciudad para nunca más abandonarla.
“Yo trabajaba para la Secretaría de Obras Públicas, lo que hoy se llama SCT, como jefe de residencia de puentes. Estuve 10 años en la costera del Pacífico en los estados de Guerrero, Oaxaca y Jalisco.
- ¿Cómo se incorpora a la aventura cancunense?
“Por una mera casualidad... Vivía en Tomatlán, Jalisco, cuando mi esposa (Miriam Solís) se embarazó por segunda vez, y como en el primer embarazo le había ido bastante mal, en diciembre del 69 decidimos que se regresara a Mérida con sus papás, mientras yo seguía trabajando, y cada mes, o mes y medio, viajaba a verla.
“El nacimiento de Paty (su hija) lo calculamos en abril, así que viajé a Mérida dos o tres días antes, y en ese viaje me encontré con Edgar Cabrera Acosta, un amigo con el que había estudiado toda la carrera. Edgar había ido a Mérida a esperar a unos ingenieros del Banco de México. Me dijo que iba a haber un lugar que se llamaría Cancún, que a él le estaban ofreciendo trabajo pero no quería abandonar la ciudad de México.
“Me propuso que yo tomara su lugar y que él me iba a presentar como muy trinchón (erudito) (risas)... Lo acompañé, vimos a estos señores, dijo que yo había hecho un viaje especial para ir a verlos, pero la verdad es que nada más me oyeron y punto. Luego los llevé al aeropuerto para que tomaran una avioneta pues iban a viajar a Isla Mujeres”.
-¿Quiénes eran esos señores?
“El mero, mero era el ingeniero Manuel Morales Zacarías, director técnico del fideicomiso que estaba creando el Banco de México para el proyecto Cancún. Apenas lo estaban creando...
“Total, estuve en Mérida dos días más, y cuando regresé a la Ciudad de México, al tomar el avión, me había olvidado del caso pues estaba muy contento con mi trabajo en puentes. Me subí al avión, me senté, abrí mi portafolios y me puse a trabajar, pero jamás me di cuenta de que a mi lado iba precisamente al señor Morales Zacarías, cuando terminé cerré mi portafolios y me doy de cara con él, se sonrió y me dijo: Nomás lo estaba viendo, ¿Oiga y qué hace usted?... La verdad es que el resto del viaje realmente ya fue una entrevista, y al final me propuso: ¿Qué le parece si trabaja conmigo?, pues depende, le respondí. Yo ganaba como 4,500 pesos mensuales. Le doy 8 mil, me dijo, y así fue como me contrató. Acepté por dos puntos, uno, porque me estaba duplicando el sueldo y dos, porque me daba la oportunidad de venir a trabajar cerca de mi tierra y de mi mujer”.
¿Ya había escuchado alguna vez el nombre de Cancún?
“No, para nada... yo soy campechano pero estudié en Mérida desde el quinto de primaria hasta la carrera, y en ese tiempo oía hablar de Puerto Juárez y de Isla Mujeres, pero no de Cancún, además de que nunca pasé más allá de Valladolid. Pero quedé maravillado cuando llegamos en un vuelo especial, en un DC-3, y sobrevolamos la playa... Era un día de sol, el mar estaba increíble, esplendoroso... bajamos en isla Mujeres y de ahí cruzamos en lancha...
“Finalmente yo llegué hasta junio (fue contratado en abril) porque tuve que renunciar y llevaba 10 años de trabajo, así es que tuvieron que mandar una persona, una entrega física, en fin, pude separarme mientras buscaban otro residente, y también me hicieron presentar unos exámenes en el Banco de México para poder decidir si me contrataban o no... Ahora, si quiere saber la fecha exacta de mi llegada fue en junio de 1970, un día después de la final del campeonato de México 70, que jugaron Brasil vs Italia” (22 de junio de 1970).
- ¿En calidad de que llega a Cancún?
“A mí contratan como encargado provisional de las obras preliminares del proyecto Cancún, lo de provisional es por el ingeniero Morales Zacarías quería traer a una persona para que fuera el titular, pero el otro no se podía separar de su trabajo, y mientras me tomaron a mí.
“A mí me tocó hacer las obras provisionales, como por ejemplo supervisar y dar datos sobre la aeropista que estaba en lo que hoy es avenida Kabah. Ahí hicimos todo, desde proyectarla hasta construirla. En esa aeropista trabajó el ingeniero Manuel Castro (El Chino) quien se trajo máquinas de un pariente de él y se echó parte de la construcción.
“También me tocó la brecha que se construyó para llegar a la zona hotelera desde Puerto Juárez. El final de un puente de madera que se tuvo que hacer para cruzar el río Nichupté; supervisar todo lo referente al campamento que estuvo donde hoy está el Palacio Municipal, y la administración de las oficinas para cuando ya empezaran las obras fuertes, vamos a decir que el inicio de la urbanización de la Supermanzana 3 (a la cual pertenece la avenida Náder).
“Además, tenía a cargo la coordinación de los estudios y sondeos a cielo abierto que se estaban haciendo sobre el eje de la pista del aeropuerto internacional. Por experiencia la Secretaría de Obras Públicas (SOP) sabía que el suelo de la península tiene cavernas, oquedades, cenotes, y ya les había pasado que en otra pista hubo hundimientos, por eso me encargaron a mí, supervisar la pista y cada 200 metros hicimos un hoyo (hasta 5 metros de profundidad) y anotar lo que encontrábamos...”
- ¿Entonces ya se contemplaba la construcción del aeropuerto?
“Siiií claro... todo estaba contemplado. Cuando yo vine ya había un plan maestro; es más, los primeros ingenieros llegaron el 20 de abril de ese mismo año, que es la fecha que se da como día oficial del inicio de Cancún. Antes de mí, ya estaba una empresa (Consorcio Caribe) que se hizo ex profeso para esta obra, y al frente de ella estaba el ingeniero José García de la Torre y el ingeniero Daniel Ortiz, un excelente técnico que en 1980 también fue gerente local de Fonatur, pero eso era por parte de la constructora, y yo vine como supervisor del Banco de México, para supervisar lo que ellos hacían”.
Comentario aparte, Rafael Lara Lara dice que la idea giraba en torno a Cozumel. Sostiene que los planes comenzaron durante el régimen de Adolfo López Mateos (quien efectivamente tiene una casa en Cozumel y tuvo especial interés en esa isla) y comenzaron a ser realizados durante el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz.
“La verdad es que no podemos llamarnos pioneros, pues ya aquí antes había gente viviendo, en casitas de palmas y palitos. La mayoría trabajadores chicleros y ex camineros que prestaban sus servicios en la carretera de Mérida a Puerto Juárez. Posteriormente se comenzaron los trabajos de agua potable y los de introducción de energía eléctrica. Fue precisamente Daniel Ortiz quien reclutó a los primeros 150 trabajadores nativos de Cancún. Después de Daniel Ortiz, y García de la Torre, llegó el ingeniero Enrique Arce. Todos ellos de Consorcio Caribe.
“Para 1970 había en Cancún un núcleo de trabajadores de diferentes partes de la República, entre los que habían tractoristas, operadores de dragas, albañiles, volqueteros, en fin, un enjambre de personas interesadas en la realización del plan, que integraban una gran familia, y no obstante la labor que se desarrollaba nos dábamos tiempo para hacer algo de deporte”.
Rafael Lara Lara recuerda que la cancha estaba en lo que es hoy el hotel El Parador, y no omite que en un tiempo, en toda la península y gran parte de México, se pensó que Cancún sería un elefante blanco, nadie le tenía fe, por eso Infratur comenzó a dar facilidades y a promover la construcción de hoteles. El primero fue el Playa Blanca -dice- logrado gracias a la iniciativa del ingeniero Diego de la Peña y de don José García de la Torre.
Rafael Lara, recuerda también el momento de la construcción del primer hotel, en lo que sería la ciudad de Cancún. Fue El Parador, menciona, y con esa risa alegre y contagiosa, característica de su buen humor y amena conversación, añade que: “Pero nos embromamos, pues nos quitaron la cancha deportiva.
“Los trabajos continuaron en forma acelerada y en 1972 se inició la construcción de lo que es ahora la ciudad de Cancún. Fue cuando realmente comenzaron las incomodidades pues el drenaje fue construido en roca pura. Y ¡cómo se padeció!”.
- ¿Cómo está eso de que usted dio el primer Grito del 15 de septiembre?
“(Risas...) Era una trabajo intenso de construcción. Habían aproximadamente 100 camiones de volteo (o volquetes) moviéndose sin descanso. Iniciábamos el bulevar, y pensaba ir a Mérida a pasar el 15 de septiembre con mi esposa (todavía no tenía casa aquí), pero por el trabajo no se pudo. Entonces hablé con el ingeniero García de la Torre quien era bien pachanguero y me dijo: ¡Ahorita organizamos una fiesta! y se mandó una camioneta a Valladolid, por comida, trago y banderitas, así que cuando llegó el encargo armamos la pachanga, sin mujeres porque por aquel tiempo era casi puros hombres, era un campamento de trabajo. Y cuando llegó el momento de dar el Grito (las 23 horas), teníamos por ahí un andamio de esos que se utilizan para la construcción, y al final del andamio pusimos un cilindro (tanque) de gas. Se suponía que García de la Torre iba a dar el Grito pero me pidió que lo hiciera yo, así que me subí y toqué las campanadas con una llave stillson ”.
- ¿Con una llave stillson?, y ¿tenía gas el tanque?
“Pues ya ni me acuerdo (risas)... Di las campanadas, y por cierto que el señor (Pablo) Pacheco que era el subdelegado de Gobierno, y que ahora es taxista, dio su Grito en Puerto Juárez y luego (como a la una de la mañana) vino a quejarse porque allá no había nadie, así que vino de inmediato y se anexó a nosotros, estuvo muy divertido. Me pidió que repitiera el acto pero ya estaba muy entrada la fiesta y ya no lo hice. Por supuesto este Grito no fue oficial, pero lo di yo”.
Rafael Lara Lara varias veces estuvo a punto de llegar a convertirse en Presidente Municipal de Cancún. Después de Alfonso Alarcón Morali (el primer alcalde), Lara era el candidato natural de Infratur, pero el gobierno del Estado colocó a Felipe Amaro Santana, sin embargo, alguna “premonición” le decía que iba a llegar a ser alcalde.
Así pues, durante el trienio de José Irabién Medina (1981-1984), Lara dice: “Me invitó al balcón, y como es bajito de estatura, le tuvieron que poner una banca para que pudiera llegar adecuadamente a la soga a fin de que redoblara la campana. Una vez finalizado el acto pedí que me guardaran el banquito porque algún día lo iba a necesitar...”
Los sensuales
- ¿Qué hay de cierto que usted tuvo un grupo musical?
“Sí... Había que buscar en que divertirse porque nomás era puro trabajo. En el 70 iniciamos el beisbol en lo que ahora es la avenida Kabah cuando estábamos haciendo la aeropista, pero cada vez íbamos buscando mejores opciones, y una de ellas fue que vino a vivir aquí Adib Burad, nos conocimos, él llegó en el 71 y un poquito más adelante, como en el 73, también trabajaban conmigo un par de ingenieros: Jorge Cuevas, que es un gran guitarrista, y Fernando González que le gustaba tocar el bajo. Adib sugirió formar un grupo musical y entre él y yo compramos los instrumentos. En ese tiempo Adib tocaba la batería; Jorge Cuevas, la guitarra eléctrica; Fernando González, el bajo eléctrico, y yo cantaba y tocaba las tumbadoras. En fin, era el que le metía la salsa....”
- ¿Y como se llamaban?
“Los sensuales..”
- ¿Y donde tocaban?
“En todas las fiestas, éramos el único grupo. Si alguien hacía alguna fiesta nos tenía que invitar, tocábamos de todo y gratis, y claro fuimos tocando cada vez mejor. Muchas veces tocamos a beneficio de las organizaciones que habían en aquel tiempo, por ejemplo, en beneficio del kínder Itzá, nos pidió la directora Maty Abreu que hiciéramos un bailecito. Siempre colaboramos...”
- ¿Cuándo se desintegra el grupo?
“Realmente fue un cambio de miembros. Por ejemplo, se fueron de aquí Fernando González y Jorge Cuevas, y el grupo murió un rato, ya que sólo quedamos Adib y yo. Como por el 77, cuando ya no trabajaba en Infratur. Llegó a mi compañía un arquitecto de nombre Miguel Flores, que me lo mandaba su cuñado, el señor Alonso (no recuerda el nombre) que era el gerente de la Dodge. Quería ver si podía contratarlo pero me escribió una nota aparte que decía: Además de ser arquitecto es un ¡magnífico músico!, así que a partir de entonces fuimos tres: Adib Burad, Miguel Flores y yo.
“Los Sensuales seguimos hasta 1993, que es cuando yo entro a la política en serio y me voy a Chetumal (como líder del PRI). La penúltima vez que tocamos fue cuando fui rey del carnaval de Arcoiris (febrero del 93), poquito antes de las elecciones, y la última vez fue en mi campaña (1996), cuando el señor Chapur me ofreció, como aportación, una cena en su hotel (uno de los Palace). Esa fue la última... los instrumentos están bien colgaditos en un estudio que tiene Adib Burad...”
Los pioneros de la ciudad
Rafael Lara Lara hace un repaso mental rápido sobre los pioneros de la naciente ciudad de Cancún: “El primer hotel empezó a funcionar a fines del 74, fue el Playa Blanca, después vino el Cancún Caribe.
“En comercio, para mí, Adib Burad y su refaccionaria. A principios del 71 alquiló una casita que era de la profesora Socorro Puerto y trajo un poquito de refacciones en dos cajitas, le fue tan bien, porque habían aquí 100 camiones de volteo, que se fue rápidamente a Campeche por más y puso su refaccionaria.
“Por lo que hace a restaurantes, en el campamento teníamos comedores. Las encargadas eran doña Luisa Loría de Canché y doña Alicia Canché. Doña Luisa atendía el comedor de trabajadores y doña Alicia el de los técnicos”.
- ¿Cuál guisaba mejor?
“Las dos, porque nosotros indistintamente íbamos a uno o al otro. “El primer cine estuvo en la casa de El Diablo (Liborio Alcocer). Venía desde Valladolid, en un coche, un señor que traía su manta y su proyector. Después El Diablo pondría su cine (el que desemboca en la avenida Uxmal con López Portillo). También hubo un cine enfrentito de la Tulum, ahí donde la Tulum choca con la Portillo.
“De los primeros taxistas está El Tunas (Ernesto Morales). La Chihua, que era de Isla Mujeres, todo el mundo lo conoce como La Chihua, y de los volqueteros pues...Cotty Trujillo, Santiago Pizano, y El Chombo (no recuerda su nombre). Peces (Guadalupe Ortiz) tuvo la primera escuela particular, y en cuestiones de comercio de importación, Guillermo Aguila (El Aguila) en 1971”.
Así es Rafael Jesús Lara Lara, quizás no fue el primer hombre en llegar a Cancún, pero definitivamente es uno de los personajes más importantes de esta ciudad. Su anhelo de ser alcalde de Cancún se hizo realidad en abril de 1996. Después, se vería injustamente involucrada en un asunto político que lo mantuvo privado de su libertad durante casi 100 días. Con el buen humor que le caracteriza, y una vez probada su honorabilidad, Lara diría frente a las cámaras: “lo único que lamento fue haber interrumpido mis clases de piano”.
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