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Foto del escritorFrancisco Verdayes Ortiz

Alma Reed, "La Peregrina" de Felipe Carrillo Puerto

• Una periodista norteamericana inspiró la más célebre de las canciones de la trova yucateca * Hace 93 años, en un día como hoy, fue asesinado junto con tres de sus hermanos en el panteón de Mérida, Yucatán

Con toda seguridad alguna vez en su vida ha escuchado la canción yucateca “Peregrina”… Lo que tal vez desconozca es la historia que se tejió detrás de ella. La obra musical es un auténtico libro hablado y al mismo tiempo un himno de amor que ha trascendido hasta nuestros días.

El romance que sostuvieron Felipe Carrillo Puerto, primer gobernador socialista de Yucatán (en 1922) y la periodista Alma Reed provocó y seguirá provocando ríos de tinta.

Alma Marie Sullivan (Alma Reed) nació en San Francisco, California (EEUU) en 1889 y no sólo fue una de las primeras periodistas mujeres de su país sino también de las más importantes. Tenía una columna que firmaba bajo el seudónimo de “Señora Goodfellow”. Aquí Alma brindaba asesoría jurídica a quienes no tuvieran posibilidades de contratar los servicios de un abogado, casi siempre mexicanos.

En 1921 la familia de Simón Ruiz, contactó a la periodista, pues Simón a sus escasos 17 años de edad estaba condenado a la pena de muerte acusado de cometer un asesinato, pero Alma no sólo le salvó la vida sino que también logró reformar las leyes de su país.

La historia de la periodista “gringa” defensora de los mexicanos fue ampliamente difundida por la prensa nacional lo que motivó al presidente Alvaro Obregón a invitarla a nuestro país en calidad de huésped distinguida.

Un detalle curioso ocurrió cuando al llegar a la terminal ferroviaria de la Ciudad de México ya la esperaba un representante del presidente Obregón pero justo al lado también se hallaba un empresario que había ido a recibir a su mujer con mariachi, y al escucharse las notas de la canción “Alma de mi alma” la periodista –pensando que la serenata era para ella– rompió en llanto y empezó a abrazar a todos los mariachis… nadie la sacó de su error para no lastimarla.

SU LLEGADA A YUCATÁN

Alma Reed decidió trabajar en la Ciudad de México desde donde se desempeñaba como corresponsal. Posteriormente fue enviada a Mérida, Yucatán para entrevistar a Eduard Thompson, el primer arqueólogo que excavó Chichén Itzá, y fue durante esta visita cuando conoció a Felipe Carrillo Puerto, un gobernador dinámico que había ordenado la construcción del camino Mérida-Chichén Itzá.

Finalmente logró entrevistar a Thompson quien desde 1885 ya exploraba y excavaba Chichén Itzá. En 1890 una empresa empacadora de carne en los Estados Unidos hizo un donativo a Thompson, dinero que el investigador utilizó para comprar 100 millas cuadradas de la tierra en la que se localizaban las ruinas.

Thompson se enamoró de Alma y le comentó que había sustraído del cenote de Chichén Itzá piezas de oro, jade, joyas y los ornamentos que habían adornado a las doncellas sacrificadas por los mayas; tesoros que había mandado secretamente a los Estados Unidos para apoyar a sus benefactores en el Museo de Boston Peabody a través de bolsas diplomáticas.

Asombrada por la gravedad del asunto, Alma pidió a Thompson que le firmara una confesión, y así lo hizo. Luego, la periodista con sus publicaciones provocaría un escándalo internacional que ayudó a México a recuperar gran parte de los tesoros nacionales que ya se hallaban en el Museo de Boston Peabody.

AMOR A PRIMERA VISTA

Después de viajar a Chichén Itzá, Alma pasó a la zona de Uxmal. Ahí entrevistó a Felipe Carrillo Puerto y conforme avanzaba la entrevista se fascinó del célebre político yucateco.

Durante la charla Carrillo Puerto le explicó que Yucatán había sido habitado por 100 familias poderosas que llegaron desde 1542 cuándo Mérida fue fundada por Francisco de Montejo. Estos eran ricos hacendados extremadamente crueles con los mayas a quienes habían convertido en esclavos.

Alma supo que Carrillo Puerto había peleado en el centro del país al lado del general Emiliano Zapata y bajó el grito de “Tierra y Libertad”. A su regreso a Yucatán, Carrillo Puerto iniciaría las reformas. Levantó un programa para la emancipación, y desarrolló la restauración de la aldea comunal que había sido robada bajo la dictadura de Porfirio Díaz. Tradujo la Constitución mexicana a la lengua maya para que los campesinos conocieran sus derechos.

NACE LA CANCIÓN

Alma decía que Felipe Carrillo Puerto era el “Abraham Lincoln” mexicano. Pero la historia no acabaría ahí. Una segunda visita a Yucatán provocaría que ambos defensores de los desprotegidos terminaran perdidamente enamorados.

Carrillo Puerto se divorció de Isabel Palma, su esposa de muchos años. Luego, mandaría a componer una canción que reflejara lo que estaba viviendo y su inmenso amor por la norteamericana. Carrillo Puerto juntó a dos talentos de la época, al poeta Luis Rosado Vega y al músico Ricardo Palmerín Pavía.

Para ese entonces el romance era vox populi, y condenado por las familias “decentes” de Yucatán, de manera que la canción “Peregrina” era un tema prohibido para los jóvenes de “buenos principios” aunque en la clandestinidad fue un éxito total.

LA MUERTE DE CARRILLO

Ajenos a lo que les deparaba el destino, Felipe Carrillo Puerto y Alma Reed empezaron a preparar su boda misma que se realizaría en San Francisco, California el 14 de enero de 1924.

Para arreglar todo lo relativo al evento Alma salió del país pero al poco tiempo estallaría la revolución delahuertista.

Carrillo Puerto había luchado a favor de los mayas pero las condiciones se estaban dando para los hacendados (la Casta Divina) propietarios de enormes extensiones de henequén pudieran derrocarlo.

Carrillo Puerto intentó embarcarse junto con tres de sus hermanos y seis amigos con rumbo a Nueva Orleáns en donde adquirirían fusiles pero enfrentar esta nueva revolución, pero fueron interceptados y detenidos (diciembre de 1923) en la isla de Holbox, Quintana Roo.

Luego fue llevado a Mérida, encarcelado y enjuiciado. Bastaba con pedir perdón o tal vez implorar por su vida pero lo consideró indigno a su envestidura de gobernador del Estado y prefirió la muerte. Fue así como el 3 de enero de 1924 sus tres hermanos y sus seis amigos fueron formados en fila contra la pared del panteón municipal de Mérida.

Es de destacar que la lealtad hacia Felipe Carrillo Puerto llegó a tal grado que el primer pelotón de soldados yucatecos disparó sobre sus cabezas sin que una sola bala diera en el blanco, lo que irritó al coronel Broca que de inmediato mandó a fusilar íntegramente al primer pelotón para que, advertidas las consecuencias, el segundo no tuviera más alternativa que disparar sobre los sentenciados.

LA NOTICIA EN SAN FRANCISCO

Alma Reed fue avisada en San Francisco sobre la revuelta en México. Después sabría a través de su propio periódico que Felipe Carrillo Puerto, de 49 años de edad, había sido asesinado en Yucatán en calidad de mártir.

Alma volvió a Mérida en donde permaneció muy poco tiempo. Recorrería el mundo como enviada del The New York Times. Finalmente nunca se casó y siguió apoyando a los mexicanos como ocurrió en una galería de arte que abrió en Nueva York en donde promovía la pintura mexicana y muy especialmente la obra del muralista José Clemente Orozco.

En 1950 Alma regresó a México pero esta vez al Territorio de Quintana Roo en donde siguió escribiendo sobre la cultura maya de la que tanto se enamoró.

En 1961 el gobierno mexicano la condecoró con la presea “Aguila Azteca” la distinción más alta que un extranjero pueda alcanzar en nuestro país.

Finalmente a la edad de 77 años, Alma Marie Sullivan (Alma Reed) como si hubiera escogido el día, falleció en un hospital de la Ciudad de México un 20 de noviembre de 1966 fecha en la que se conmemora el inicio de la Revolución Mexicana.

Sus restos fueron cremados y sus cenizas depositadas en Mérida en el mismo lugar en donde descansa su amado.

Desde 1936 la población maya más importante de Quintana Roo, antes llamada Chan Santa Cruz, lleva el nombre del prócer yucateco, Felipe Carrillo Puerto.

(Con información de diferentes autoras: Ruth Ross-Merrimer y Jeanine Kitchel. Publicado en la revista Pioneros en febrero de 2005. Edición 24)

Escucha la canción Peregrina en voz del charro de México, Jorge Negrete


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